Common Grounds - Territorios Comunes

Pabellón español en los Giardini
 
Con estas dos palabras titula el arquitecto David Chipperfield la 13ª Bienal de Arquitectura de Venecia con 41 países representados en ella.  La intención de esta edición es intentar que los arquitectos colaboren unos con otros reduciendo el campo de actuación a un mínimo común, como puede ser la ciudad y los espacios que se generan entre los edificios, en los que la mayoría vivimos. Este debe ser  nuestro campo de actividad y experimentación, donde también el ciudadano debe ser partícipe del proceso.

La Bienal se organiza en tres partes, la zona de los Giardini, donde se encuentran la mayoría de los pabellones de cada país, el Arsenale, que aloja el pabellón grande, donde se encuentran las  exposiciones de los principales estudios de arquitectura, y las exposiciones temporales, repartidas por varios edificios y palacios de Venecia.

Quedan de lado los macroproyectos urbanísticos de otras ediciones, salvo excepciones como la de Jean Nouvel, para dar paso a obras de carácter más acorde al momento.  Abandonar la practica de los “arquitectos estrella” y crear un espacio donde las viejas generaciones de factorías de arquitectura se encuentren con los arquitectos noveles.

Las exposiciones de los pabellones por países están, generalmente, enfocadas a las propias preocupaciones e intereses de cada uno. En el pabellón de Japón se explica el proyecto por el cual Toyo Ito junto a otros arquitectos trabaja en la remodelación de una ciudad tras el tsunami que arrasó el país en 2011. En el de Venezuela, se explican las políticas llevadas a cabo para la construcción masiva de viviendas, en la búsqueda por la igualdad de todos en el espacio urbano. Alejandro Aravena expone el proyecto para dos ciudades de Chile arrasadas por el terremoto, y Dinamarca se embarca en un proyecto para la búsqueda de recursos en Groenlandia que mejoren la calidad de vida de la zona.

Aunque también se encuentran exposiciones con numerosas instalaciones de sonido e imagen, más acordes a una bienal de arte que de arquitectura, como el pabellón de Polonia, o el de Austria.
 
Sala Norman Foster en el Arsenale

Destaca también el giro, ya inevitable, hacia una arquitectura bioclimática, donde aparecen fachadas vegetales que asimilan el CO2 para crear biomasa o donde los materiales renovables y reciclados son los protagonistas. Ciudades donde se deja de pensar tanto en los automóviles para dar la importancia que merecen los transportes públicos, carril bici o avenidas peatonales.

En el pabellón español se desarrolla una exposición llamada SpainLab que se basa en los procesos científicos. Es un laboratorio de arquitectura que invita a ir más allá y a provocar el aprendizaje. Demostrar que el verdadero valor de los trabajos de arquitectura no es la imagen final, y que el futuro de la arquitectura española necesita de la investigación personal para dar vida a nuevas obras.  El español es sin duda, uno de los pabellones más sorprendentes e innovadores gracias a la participación de estudios como Cloud 9, Selgascano, Fernando Menís o RCR.
 
Radix, escultura de Aires Mateus

No nos podemos olvidar de los pabellones creados para la ocasión, de Álvaro Siza, Souto de Moura y Aires Mateus, todos ellos de gran sencillez y pureza tanto material como en líneas.
 
Common Ground es el espacio de encuentro común, que nos une a todos socialmente y que nos permite intercambiar ideas que nos inviten a pensar en el futuro y nos ayuden a mejorarlo

Pabellón ruso en los Giardini
 
Texto y fotografías: Óscar Manuel Carballal González

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que buen articulo, muy bien redactado.

Anónimo dijo...

Muy interesante